García Vilariño: “Me preocupan los balances al 30 de septiembre”

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Antonio García Vilariño, socio titular del Estudio García Vilariño & Asociados.

Todo Riesgo dialogó con Antonio García Vilariño, socio del Estudio García Vilariño y Asociados SRL – SFAI de Argentina.

Nos preocupan los balances a junio de este año que se difundieron recientemente.

Realmente, me preocupan más los balances al 30 de septiembre porque los de junio de este año ya parecen casi anecdóticos: un balance con resultado técnico muy negativo, sabemos, y un resultado financiero muy positivo que neutraliza y que hace una tendencia finalmente positiva. Un ajuste por inflación que también, en alguna medida, neutraliza parte del resultado positivo porque, si bien no fue una aplicación general al balance, hay unos cuadros en las notas que establecen el impacto. Pero lo más gravitante es lo que está pasando en estos días y el cierre de septiembre. Es es lo que más nos preocupa en cuanto a tendencia, sobre todo porque no se va a mantener la rentabilidad de las inversiones por la caída en el valor de los títulos (provinciales, acciones, obligaciones negociables), lo que es muy preocupante. La Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) intenta acompañar con algunas normas, pero la foto es preocupante.

Haciendo una extrapolación a todo el actual ejercicio que finaliza en junio del año que viene, ¿el panorama puede ser aun más preocupante?

Lo que sucede es que se tiene una determinada foto de las inversiones, de la rentabilidad futura, pero también hay otra de la situación tarifaria. Un gran problema es el ajuste de tarifas. Las compañías básicamente trabajan con su fondo de primas. Las inversiones fueron fantásticas en cuanto a rentabilidad, pero hay incrementos muy altos en los costos de los repuestos, en la judicialidad. La tarifa se tornó bastante inelástica porque las aseguradoras no acompañan el indicador inflacionario en lo que es la responsabilidad civil. Esta es la mayor preocupación.

En materia de inversiones, ¿qué nueva normativa hay? Nos interesa particularmente el impacto sobre las inversiones por los diferimientos impuestos en el pago de las LECAP y las LETES.

La SSN dictó la resolución 788, la cual permite valuar técnicamente títulos base al 31 de julio: el 80% de las inversiones de vida con ahorro y retiro y el 70% de las de patrimoniales, incluyendo inmuebles. Evidentemente, ésta es una herramienta que permite valuar estos títulos hasta el 30 de junio de 2020. Es un aliciente a lo que es la solvencia del estado contable. Hay que ver si impacta en la liquidez porque para cumplir obligaciones hay que liquidar stock. Esta resolución se amplía con el decreto de necesidad y urgencia del 28 de agosto, en el que hay una serie de títulos que hacen a las inversiones de las compañías: al diferirse el pago, también hay un impacto.

¿Cómo observás la aplicación del ajuste por inflación en los balances?

En realidad, el ajuste por inflación no modifica sustancialmente los patrimonios, pero sí modifica la distribución del resultado. Hay un patrimonio que es casi el mismo, salvo la diferencia del mayor valor de los activos, bienes de uso y demás. De todos modos, hay un impacto en los resultados, que son mucho más perdidosos. O sea que una aseguradora tiene el mismo patrimonio con un poco más de activos, pero con importantes pérdidas.

Vos planteaste algunos interrogantes sobre la marcha del mercado a partir de la nueva realidad de las inversiones y de las dificultades para actualizar las tarifas. Sabemos también que hay una caída de las ventas en términos reales. ¿Cómo ves la perspectiva del mercado asegurador?

Al mercado asegurador lo veo solvente, lo veo estructurado, pero no está ajeno a vaivenes. Seguramente, los títulos se reconvertirán, se reestructurarán, se adecuarán en valores. Las compañías tienen grandes stocks de fondo de primas que no tienen liquidez inmediata, pero se supone que con el tiempo todo tendrá su reacomodamiento y su normalización. El tema es el mientras tanto. Básicamente, me preocupan la capacidad de consumo y las tarifas, que son el ingreso de las aseguradoras.

Hay varios focos de preocupación.

Sí. No hay que dejar de mencionar los pasivos judiciales que están alimentados por una tasa de inflación muy alta. La SSN, en la resolución 788, crea paliativos no solamente para las inversiones en títulos provinciales, nacionales y obligaciones negociables, sino que establece un sistema de cálculo del IBNR hasta junio de 2020 para que el valor actual de esos pagos se pueda trabajar y el IBNR sea menor. Pero, como dije, son todos paliativos frente a una crisis. Evidentemente, el mercado está preparado, es solvente. En mi caso, llevo 42 años en el mercado y viví muchas crisis desde el Rodrigazo en adelante, pero esto no deja de ser algo que altera una normalidad que teníamos muy aceptada.

¿Qué se puede destacar sobre la evolución del mercado de reaseguros?

En alguna medida, el reasegurador está más calzado en divisa porque tiene obligaciones en divisa y puede tener hasta un 50% de las inversiones en el exterior. Las entidades que siguen operando normalmente acreditaron en los balances un capital de 250 millones de pesos y, en su mayoría, ya están cerca de cumplir los 350 millones que se exigirán al 31 de diciembre próximo. Hoy tenemos un régimen con una reserva de mercado del 25% para el reaseguro local. Habrá que evaluar también si esto no requiere alguna consideración en este marco de emergencias.

¿Vos pensás que la política del organismo de control tiene la posibilidad de acompañar esta coyuntura compleja?

La gestión de la SSN es muy buena en materia de avances tecnológicos, digitalización, innovación, marco normativo. Las medidas tomadas son razonables y eran indispensables. El organismo no puede aislarse de lo que es el reacomodamiento real.