Procedimientos estéticos, mala praxis y responsabilidad profesional

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Dr. Fabián Vítolo, director de Relaciones Institucionales y Servicios Médicos de Noble Seguros.

De tanto en tanto, noticias como la muerte de Silvina Luna ponen en el centro de la escena el drama de muertes por procedimientos estéticos desaconsejados por sociedades científicas, con productos no autorizados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y en manos de médicos u otros profesionales de la salud que no pueden acreditar una adecuada formación en medicina o cirugía estética.

Con toda la espectacularidad y el impacto mediático que tienen estos casos, no dejan de ser eventos marginales realizados por profesionales inescrupulosos cuasi-dolosos y excluidos en su inmensa mayoría de las coberturas de responsabilidad profesional por tratarse de tratamientos no avalados por la ciencia. Desde el punto de vista asegurador, poco impacto tienen estos casos sobre la siniestralidad de las compañías de seguros especializadas en praxis médica.

Reclamos

En cambio, los reclamos por malos resultados estéticos a partir de procedimientos realizados por cirujanos plásticos bien formados sí son frecuentes y un permanente dolor de cabeza para las aseguradoras.

En el caso de Noble Seguros, las demandas por procedimientos estéticos representan el 16% de todos los reclamos quirúrgicos. El 60% de estas demandas se concentran en dos complicaciones: cicatrices claramente antiestéticas/queloides (43%) y complicaciones de implantes mamarios (25%). En el caso de las cicatrices, algunas pueden ser atribuidas a una mala técnica quirúrgica (impericia), pero la mayoría son la consecuencia de complicaciones hemorrágicas o infecciosas (no siempre atribuibles a una mala praxis). Las cicatrices hipertróficas y queloides, por su parte, son de aparición imprevisible y dependen mayormente de una predisposición genética.

En cuanto a los implantes mamarios, las demandas suelen originarse en encapsulamientos (el organismo reacciona a la prótesis como cuerpo extraño y la aísla formando una cápsula que trae deformidades y dolor). Otras veces, los reclamos sobrevienen por asimetrías producidas por una mala posición, deslizamiento o rotación de la prótesis. La tercera causa de demandas son complicaciones de procedimientos de lipoaspiración y lesiones iatrogénicas como perforación de tabique nasal o lesión del nervio facial en liftings.

Responsabilidad

Como vimos, muchas de estas evoluciones son complicaciones propias del procedimiento que pueden aparecer aun en manos de un médico perito, prudente y diligente. El problema para estos profesionales, y por extensión para sus aseguradoras, es que, a pesar de no tener culpa en el sentido legal, igual suelen ser obligados a indemnizar a la víctima porque la mayoría de la doctrina y de la jurisprudencia sostiene que la responsabilidad de los cirujanos, médicos y otros profesionales que realizan procedimientos estéticos es de resultados y no de medios.

En otras especialidades, el médico no se obliga a que el paciente no tenga complicaciones, sino a actuar de manera prudente, diligente y perita para resolver un problema de salud. En el caso de los procedimientos estéticos, en cambio, su carácter totalmente electivo agrava la responsabilidad del profesional ya que, si no se prometiera un resultado estéticamente agradable, nadie solicitaría este tipo de intervención.

Particularidades

Otras características del ejercicio de esta especialidad exponen particularmente a los profesionales que la ejercen. Dentro de ellas podemos citar:

Gran frecuencia de pacientes conflictivos. Si bien no se puede generalizar, la literatura abunda acerca de pacientes con un perfil de personalidad que condiciona su capacidad de adaptación a una intervención estética y la aceptación de su resultado.

Importante influencia de los medios de comunicación. La promoción de productos, técnicas y profesionales en medios gráficos y televisivos llevó a una innegable mercantilización de la cirugía estética, que termina transformando a los pacientes en clientes cada vez más exigentes y poco tolerantes cuando el resultado final no es el publicitado.

Frecuente utilización de prótesis y soluciones inyectables. El profesional puede verse involucrado por las deficiencias de estos productos si no verifica el estado y procedencia de los mismos.

Procedimientos llevados a cabo por profesionales sin las debidas calificaciones.

Frecuente minimización de los procedimientos.

Mayoría de pacientes privados, lo que determina muchas veces que sean los únicos demandados, sin contar con el respaldo de las clínicas y obras sociales a la hora de realizar acuerdos o pagar sentencias.

Mayores exigencias en su deber de información (consentimiento informado).

Síntesis

En resumen, la obligación de resultados, la subjetividad en la valoración de los daños y las características especiales del ejercicio de esta especialidad expondrán siempre a estos profesionales a ser frecuentemente demandados.

 

Columna escrita por el doctor Fabián Vítolo, director de Relaciones Institucionales y Servicios Médicos de Noble Seguros.

 

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