Durante este año, las catástrofes generaron pérdidas aseguradas muy por encima de la media

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“En los últimos años, las pérdidas anuales para el seguro por desastres superaron en varias ocasiones los 100 mil millones de dólares”, afirmó Martin Bertogg, Head of Catastrophe Perils en Swiss Re en información replicada por BDS. Las estimaciones preliminares que se recogen en el informe Sigma sobre las pérdidas globales aseguradas resultantes de desastres naturales y provocados por el hombre durante 2017 son de alrededor de 136 mil millones de dólares, muy por encima del promedio anual de los diez años anteriores y el tercero más alto desde que la reaseguradora realiza estos registros en 1970.

De la cifra total en pérdidas aseguradas, las catástrofes naturales representaron 131 mil millones de dólares y los desastres provocados por el hombre los restantes 5 mil millones. Las pérdidas económicas totales se dispararon en 2017, pasando de 188 millones de dólares en 2016 a 306 mil millones en 2017 y una cifra mucho mayor que la media anual de los diez años anteriores (190 mil millones de dólares). La acumulación de pérdidas económicas y aseguradas se incrementó en la segunda mitad del año, debido principalmente a los tres huracanes -Harvey, Irma y María- que azotaron Estados Unidos y el Caribe, y los incendios forestales en California. A nivel mundial, más de 11 mil personas murieron o desaparecieron en eventos de desastre en 2017, una cifra muy similar a 2016.

“La industria aseguradora demostró que puede hacer frente muy bien a estas elevadas pérdidas. Sin embargo, persisten importantes lagunas de protección, y si la industria es capaz de extender su alcance, muchas más personas y empresas pueden estar mejor equipadas para resistir las consecuencias de los desastres”, advirtió Bertogg.

El clima extremo vivido en Estados Unidos en el segundo semestre de 2017, junto a los tres huracanes ocurridos en septiembre y agosto (Harvey, Irma y Maria), fueron las causas principales del elevado número de pérdidas aseguradas durante este año. En el primer semestre, las pérdidas resultantes de los desastres fueron menores que en el mismo período de 2016 y muy inferiores a la media semestral anual de los 10 años anteriores.