Cedió la inflación de mayo, pero…

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Si bien se hablaba de unas décimas más, la inflación de mayo del 1,3% no sorprendió. Tanto el índice del Congreso -promedio de consultoras- como el índice de la Ciudad de Buenos Aires fueron del 1,8%. Estos últimos indicadores dieron más que el del INDEC en meses anteriores, de forma que es natural que otro mes lo superen.

Fue la mitad de la inflación observada en abril, pero esta vez no hubo aumentos tarifarios, ni presión de productos estacionales. Por el contrario, fue la llamada inflación núcleo -que descuenta el impacto de estas dos categorías- la que llegó al 1,6% equivalente. La inflación núcleo, que es el indicador considerado más importante por el Banco Central, subió un porcentaje que en términos anuales es equivalente al 21%.

Un 1,3% de inflación es equivalente al 17% en un año, la meta oficial. Pero, en los primeros cinco meses, la inflación alcanzó al 10,5%, equivalente al 2% mensual. La inflación tendría que bajar mucho hasta ubicarse en el 0,9% mensual en lo que resta del año para no desbordar el 17% en 2017. Y, si bien de aquí a las elecciones el gobierno decidió no aumentar tarifas, en octubre y en noviembre habrá muy fuertes aumentos en transporte, gas y otros servicios, lo que dará nuevos impulsos alcistas a los precios.

Mientras tanto, el déficit fiscal da pocas señales de aflojar y la única forma de evitar que provoque una inflación creciente es el vertical aumento del endeudamiento externo y el masivo endeudamiento del Banco Central de corto plazo a través de la colocación de pases y Lebacs. El peligro de que se abuse de esos instrumentos y se tornen inmanejables, como ocurrió varias veces en la Argentina en las últimas décadas, se discute acaloradamente entre los economistas y en los mercados. Por ahora, el gobierno aprovecha la situación para lograr una afluencia masiva de dólares -por créditos que llegan al país para convertirse a pesos y disfrutar de los altos rendimientos que paga el Central- que mantiene el dólar sumamente atrasado. Y ello contribuye en el corto plazo -y sólo en el corto plazo- a controlar las presiones inflacionarias