La columna de Horacio Lachman.
¿Se están subestimando los problemas de la economía?
A pesar de que ambos logros sean relativizados por muchos ortodoxos y heterodoxos, las autoridades del Ministerio de Economía dicen que todo está perfecto luego de la salida del cepo y el ajuste fiscal. Sin embargo, por ahora los mercados no reflejan una confianza que permita esperar que la inflación y la devaluación de la moneda se frenen.
EE.UU: geopolítica y aranceles
Mucho influye en la situación la desprolija política comercial de EE.UU., que está generando incertidumbre en todos todo el mundo y en todos los sectores. Se trata, obviamente, de geopolítica y proteccionismo, porque el proteccionismo a una escala masiva siempre fue geopolítica: así lo demuestra la historia. EE.UU. aplicó una política pronunciadamente proteccionista que el presidente norteamericano presenta como la forma de reindustrializar a un país maltratado por el resto del mundo.
Pero en este caso, la política arancelaria implementada por EE.UU. es demasiado torpe para ser aplicada por un país tan determinante en la marcha del mercado mundial. Los aranceles norteamericanos de estos días no están diseñados en función de las importaciones de productos que se quieren sustituir sino en la voluntad de corregir el desequilibrio comercial que EE.UU. tiene con cada país.
Consecuencias
Además de las cuestionables ventajas que puede tener un proteccionismo de este tipo cuando es aplicado por una potencia, este caso tiene además la novedad de que los aranceles se cambian todos los días. Eso destruye cualquier posibilidad de cálculo económico: las empresas e inversores de todo el mundo, y especialmente las norteamericanas, se quedaron sin saber cuáles serán los costos de sus materias primas importadas y con qué precios podrán trabajar.
De esta forma no se pueden tomar decisiones de producción y, menos aun, de inversión. Y más allá de la polémica entre proteccionismo y libre comercio, lo que está haciendo hoy EE.UU. es pronunciadamente dañino, tal como los mercados financieros y las presiones recesivas e inflacionarias que afectan hoy al mundo lo demuestran.
Acá, mientras tanto, el superávit fiscal y la apertura del cepo garantizan para el gobierno que todo marche bien en la lucha contra la inflación y por la estabilidad cambiaria, pero numerosos economistas advierten que hay serios problemas.
Problemas de la economía
Por un natural proceso de convergencia con el mercado mundial sumado a la búsqueda de mercados más sólidos (el vuelo hacia la calidad de los activos), los bonos y las acciones argentinas enfrentan una fuerte presión en contra. En EE.UU. bajan las acciones y los bonos mientras aquí la volatilidad de los papeles privados es impresionante. Y lo más grave es que el riesgo país sube, se pierden reservas día a día y el atraso cambiario profundiza el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos.
En pos de forzar la baja de la inflación se está despreciando absolutamente la evolución del sector externo, de vital importancia en una economía bimonetaria como la nuestra y con un Banco Central que no compra divisas.
¿Cómo se va a enfrentar el vencimiento de u$s 5.000 millones de los bonos de julio, que el FMI exige que se paguen con nuevas divisas y no liquidando los recientes préstamos internacionales? Funcionarios de alto nivel dijeron que se estudia reprogramar esos vencimientos. Esperemos que ello no se concrete, pero así no puede bajar el riesgo país y será muy difícil ingresar en el mercado financiero internacional.
Se ingresó en un peligroso círculo vicioso que muchos economistas destacados advierten y el gobierno debería escuchar sus propuestas.
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