1,25 millones de vehículos circulan diariamente por la Ciudad de Buenos Aires con graves restricciones visuales por causa del uso de vidrios polarizados. Una medición realizada por la Asociación Civil Luchemos por la Vida en la ciudad, en julio y agosto de 2017 sobre un total de 1.758 vehículos observados (1.342 automóviles particulares y 416 utilitarios), detectó un aumento en su utilización y las dificultades que provocan los vidrios oscurecidos por encima de los valores permitidos por ley (hasta el 25% de la transmitancia luminosa regular en el caso de los parabrisas y el 30% en el caso de los vidrios que no sean parabrisas).
Según Luchemos por la Vida, disminuye la visibilidad del conductor hacia el exterior, acortando y entorpeciendo la visión del entorno muy especialmente durante las horas de reducción de la luz natural y la noche. También imposibilita la percepción visual de los demás conductores y entorpece la visión del camino que se logra al mirar “a través de” los vehículos que circulan delante. Por otra parte, dificulta el control de las autoridades sobre el uso del cinturón de seguridad y/o del teléfono celular, apoyacabezas, número de ocupantes, ubicación y forma de transportar a los niños, etc.
