La columna de Horacio Lachman.
El dato del Indec de un desempleo del 7,9% durante el primer trimestre de este año -superior al del primer trimestre de 2024 y el mayor desde 2021- habla de un bajo nivel de actividad económica.
Recesión
La desocupación supera por dos décimas a la registrada en el periodo más duro del ajuste de Javier Milei, pero por más de un punto a la existente luego del rebote parcial que se observó desde mediados del año pasado. Desde ya, no sé trata de los “ñoquis” despedidos del sector público. Las cifras del Indec revelan que el 96,4% provienen del sector privado. Sólo un 0,2% de los nuevos desocupados vienen de trabajar en el Estado.
El Indec también dio a conocer durante los últimos días otros indicadores de actividad. Entre ellos, está la capacidad ociosa en la industria: su nivel es alto y superior al registrado en todos los meses comprendidos entre julio y noviembre del año pasado.
Las ventas en los supermercados vienen mejorando, pero aún son muy inferiores a las registradas en 2023. En cuanto a las ventas en los autoservicios mayoristas, están hoy claramente por debajo de las alcanzadas en el año pasado. También se conocieron las ventas de los shoppings: este año son menores a las del segundo semestre de 2024.
Estancamiento
Todo indica que luego del rebote producido a partir del profundo ajuste de comienzos de 2024, la economía no logra salir del estancamiento.
El aumento del PBI en el primer trimestre del año del 5,8% interanual difundido por el Indec no modifica el análisis. Ese crecimiento se produce sobre un PBI que en el mismo periodo de 2024 cayó 5%. Ello implica, haciendo las cuentas, que arrancamos 2025 con un PBI 0,5% mayor al que se arrancó en 2024.
Pero es obvio que el plan económico y, concretamente el hiperajuste, no se inició en 2024. En diciembre de 2023, cuando se lanzó la actividad económica, según el Indec cayó un 1,8%. Ya en noviembre de ese año, cuando estaba absolutamente claro el ajuste recesivo que se aplicaría, la actividad cayó un 1,4%.
Recuperación
Es decir: aún falta para que la economía se recupere del ajuste inicial. El balance recién se podrá hacer cuando la comparación se haga con los niveles alcanzados durante el segundo semestre del año pasado, luego del rebote. Por ahora, los indicadores disponibles – desempleo, capacidad ociosa y producción de la industria, encuestas de expectativas del Indec, etc – no permiten hablar de crecimiento sostenido, sino sólo de una parcial recuperación del shock inicial y un posterior estancamiento después con pocas perspectivas de un ciclo de crecimiento.
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