La columna de Horacio Lachman.
La actual política de estabilización fue exitosa en su objetivo de reducir significativamente el ritmo de inflación. Para ello sumó una reducción del déficit fiscal al control del tipo de cambio, con una tasa de devaluación muy inferior al aumento de los precios.
Límites
Pero el costo de esta estrategia demuestra ser elevado. A las altas tasas reales de interés que afectan la actividad económica, agregó la vigencia de un dólar que da lugar a que la salida de divisas de la economía supere ampliamente su ingreso. Ello obliga a un creciente endeudamiento externo.
El acompañamiento al Gobierno de gran parte de la sociedad facilitó la aplicación de esta estrategia, pese a que su impacto negativo sobre la actividad productiva es creciente.
Pero, además, las altas tasas de interés internas y un endeudamiento externo caro tienen un impacto negativo sobre la situación fiscal. El crecimiento de la deuda genera incertidumbre sobre la capacidad de pago del país, paraliza la inversión y provoca recesión. Y las altas tasas llevan también a un deterioro de la situación fiscal por el mayor gasto en atender los servicios de una deuda en aumento.
Coyuntura
Estos problemas son, en síntesis, los que definen las crecientes dificultades de la actual coyuntura económica.
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