La columna de Horacio Lachman.
La tensión en los mercados del viernes, ¿a qué obedeció? ¿A los desmentidos pronósticos catastrofistas del ministro Luis Caputo que “reveló” el periodista Alejandro Fantino? ¿O respondieron simplemente a la dinámica de un mercado sobrecargado? Lo cierto es que, para suerte del Gobierno, la jornada no fue tan negra como habría pronosticado el ministro y pensaban muchos opositores entusiasmados. Veamos cómo siguen las cosas en el curso de la semana. Sin embargo, hace ya días que, con idas y vueltas, el dólar viene subiendo y los bonos y acciones bajando, reflejando expectativas negativas.
Inquietudes
Esa tónica parece asociada a las inquietudes que provocan los últimos diagnósticos que nos llegan del exterior, como la calificación de la consultora de Morgan Stanley, que nos mantuvo en el peor nivel. El JP Morgan dijo que había que interrumpir la venta de dólares para especular con colocaciones en pesos. Lo peor fue que la misión del FMI cuestionó el incumplimiento del Banco Central (BCRA) de la meta de reservas firmada por el país unas semanas antes. Además, postergó la transferencia de los 2 mil millones comprometida, que ya debía haberse concretado.
Aunque difícilmente se dé una crisis como la que anunció Caputo -o quizás sólo Fantino-, hay tendencias preocupantes que parecen asociadas a la obsesión electoralista del Gobierno por bajar la inflación a cualquier costo.
Sector externo
El desprecio que muestran en el Palacio de Hacienda con la desfavorable evolución del sector externo -masiva salida de turistas, boom de importaciones, insuficiencia de reservas- no puede dejar de preocupar a los acreedores, entre los que nos encontramos, en primer lugar, todos los que usamos pesos emitidos por el BCRA.
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