UART: el nuevo DNU corrige graves distorsiones

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Nota escrita por la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART).

Ante interpretaciones incompletas que ven en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) un cercenamiento de los derechos del trabajador vía baja del monto de indemnizaciones, la UART aclara que, en lugar de cercenar, lo que se propone con este DNU es garantizar los derechos de los 10 millones de trabajadores cubiertos.

Resulta obvio que no se puede indemnizar con tasas superiores al 100% como venía ocurriendo hasta hoy, porque no hay rendimiento productivo ni financiero que genere esas rentas ni un inversor institucional como las ART que puedan legalmente acceder a ellas.

De continuar esta política, el sistema de ART se desfinancia, colapsando y dejando desprotegidos a los 10 millones de trabajadores. De no corregir esta situación, el beneficio para uno deriva en injusticia para el conjunto por el riesgo de quiebra del sistema.

El DNU pone nuevamente en eje lo que los valores astronómicos de la coyuntura actual de la tasa desvirtuaron.

El hoy en el sistema de ART

1. El sistema de ART cumple un rol fundamental para casi 10 millones de trabajadores y un millón de empleadores en términos de prevención de accidentes de trabajo (caída del 77% en los índices de fallecimiento y del 43% en el total de accidentes) y de atención integral y oportuna de los mismos (más de 6,4 millones de prácticas asistenciales anuales dan cuenta de ello).

2. Paradójicamente, mientras los siniestros y los fallecimientos bajaban año a año (salvando más de 12 mil vidas en el ámbito del trabajo), la masa de juicios no paraba de crecer, alcanzando la friolera de 130 mil juicios por año en 2017, duplicando así el número de accidentados con secuelas. Producto de ello, el sistema llegó a una acumulación descomunal de juicios (alrededor de 350 mil y con valor estimado en 5 mil millones de dólares), quedando seriamente amenazado.

3. Ante tal panorama y por la valoración que tiene el sistema de ART en la comunidad productiva y laboral, empresas, sindicatos y gobierno consensuaron la reforma que aprobó el Congreso Nacional en febrero de 2017. Además de su vigencia en la Ciudad de Buenos Aires, adhirieron a esta reforma, mediante la aprobación de sus respectivas legislaturas provinciales, catorce provincias y en todas se produjo una inicial e importante disminución de los juicios. Pero estamos viendo que la litigiosidad estaría tocando su piso (que sigue siendo alta y no se condice con el nivel de cobertura y servicios que tiene el sistema ni con los valores que tienen otros sistemas similares en el mundo) y en algunas provincias comenzó a revertir la baja, por efecto de dos factores: a) la no creación en la Justicia de los Cuerpos Médicos Periciales y, en consecuencia, la continuación del esquema de los honorarios acoplados a la sentencia se alimentan desfasajes periciales; y b) los criterios de tasa interés utilizados.

¿Qué resuelve y cómo lo hace el DNU?

El DNU que se publicó hoy en el Boletín Oficial viene a subsanar la distorsión generada por la aplicación de tasa activa de interés a las indemnizaciones por accidentes de trabajo.

Actualmente, por motivos macroeconómicos y de política monetaria, dicha tasa está en valores en torno al 100%, por lo cual las indemnizaciones por accidentes de trabajo se distorsionan de manera significativa.

Por lo expuesto, el DNU reemplaza la tasa activa por la tasa de variación del RIPTE que refleja la evolución de los salarios formales de la economía.

Un ejemplo numérico. Las indemnizaciones de accidentes de trabajo se pagan en función del salario. Considerando un salario de 42 mil pesos, la aplicación de tasa activa prevista en la Ley llevaba a que se pagara la indemnización como si el salario hubiese sido de 73 mil pesos.

¿Qué efectos vino produciendo esto?

1. Claramente, esta distorsión, en vez de disuadir el inicio de acciones legales luego de un accidente, se convirtió nuevamente en un estímulo a volver a litigar poniendo en riesgo la importante disminución inicial de la litigiosidad lograda.

2. El desproporcionado sobrecosto atenta contra la vida del sistema porque lo desfinancia. No hay prima, ni rendimientos de inversión posible para financiar tal desfasaje. Ni aún las Leliqs, por nombrar un activo conocido por su muy alta rentabilidad (que alcanzó rendimientos 25% menores que la tasa activa aplicada a las indemnizaciones de accidentes de trabajo).

3. A este difícil panorama se le suma la caída del valor de las inversiones post-PASO en torno al 20%, inversiones en las que están colocadas las reservas de las compañías con el consiguiente impacto en lo económico y en la liquidez de las mismas.

Conclusión

De esta manera, el reemplazo de la tasa activa por la tasa RIPTE viene a corregir estas desmesuras y resulta más compatible con un sistema ligado a la masa salarial.

En este contexto y ante la emergencia que enfrentamos y la responsabilidad que tenemos ante 10 millones de trabajadores y un millón de empleadores, el DNU es una necesaria y urgente medida.